Creado el: 2024-09-17 11:07 am
Inspiración"Llevas un tocado, o tal vez lo quieras llevar. Es que justo arriba de tu cabeza puede representarse nuestra ubicación. Lo divino amigos, lo etéreo y elevado, puede vivir allí. No solo allí eso sí, podemos estar en cualquier parte de tu cuerpo o de tu espacio, pero allí está bien ser representados porque es bastante bueno que entiendas algo arriba de ti.
Muchos ya lo dicen de distintas maneras, hablan de ese punto de energía o de conexión, y quiero que hablemos de él porque te puede ayudar mucho a llevarnos más vivos junto a ti. Me gusta mucho más esa idea que la de vernos como humanoides alados y ponernos a la misma altura y con la misma forma. Me gusta más que entiendas que estamos por encima, con la habilidad expedita de movernos y tocar los puntos bajos necesarios, que nos posamos en tu corazón cientos de veces y que también podemos habitar tu cerebro.
En el orden de la vida, puedes incluso imaginar esas redes eléctricas invisibles que desplazan un tren a toda velocidad o que hacen flotar cosas. Nosotros habitamos fácilmente ese espacio entre tú y el resto del universo infinito. Somos, en un sentido extremadamente literal, tu conexión con lo más profundo y grande que el universo tiene para ti.
Así que me gustaría que te hicieras consciente de ello, de ese espacio, de esa zona eleva, del cosquilleo que a veces puedes sentir, de ese aire, de ese espacio sagrado.
Así que, si lo más elevado está justo arriba de ti, entonces un tocado es una ofrenda, o una representación que haces de tu encanto para compartirlo conmigo. Y me agrada, qué puedo decir, disfruto que lleves en tu cabeza dicha y amorío por lo celestial.
Es que la parte alta de la cabeza es un punto de mucha sensibilidad, una poco comparable con la que ya conoces. Ese punto presenta un sensibilidad única frente al error, al llamado, al coqueteo divino. Por eso no es raro que en un momento inesperado la cabeza te pique curiosamente o sientas cosquilleo, somos nosotros tratando de llamar tu atención sobre una pista puntual según el momento.
Así que a veces nos relacionamos en esa zona por medio de tocados, es decir, de elementos intermediarios. Es que es fácil entender que no siempre va a darse esa conexión directamente. Por eso los tocados son útiles, como medios para crecer en este vínculo entrañable y sutil.
Entonces, me gustaría que buscaras tu tocado, que lo persiguieras, que lo alcanzaras. ¿Qué lleva tu cabeza ahora justo arriba? Si lo que ves es una paloma u otro animal, entonces estamos construyendo algo muy vivo. Si ves en cambio un adorno sintético, estaremos seguramente lidiando con una relación impostada en este momento.
Por ejemplo, mi amiga de la ilustración está persiguiendo algo muy fino. Se trata de una amiga cercana que me tiene en cuenta a menudo, y juntos venimos persiguiendo para ella algo exquisito sobre la delicadeza de sus pensamientos y lo fino que espero que hile a la hora de elegir de qué ocuparse.
Los tocados, por supuesto, van cambiando de acuerdo a los progresos, o las demandas del momento. A veces los tocados son aparatosos. Por ejemplo, puede que veas un frutero en tu cabeza. Seguro que pesa, y que lleva vida y jugosidad. Ese sobrepeso colorido está llamándote a dar más vida, a gozar, a balancear tus caderas y a proveer. Si no es a ti a quien hay que dar, entonces tienes un invitación a dar generosamente algo de ti que ya es colorido, abundante y vital, solo que te lo guardas porque aún no has sabido valorar muy bien lo que puede hacer por los demás.
Entendamos algo, el tocado es físico, es decir, palpable, o es imaginario. Y en los dos casos puede cumplir perfectamente su función de simbólico. Las personas que necesitan ponerse cosas en la cabeza pueden estar ocupando un vacío, una posible desconexión. Un cabello muy protagónico seguramente es una invitación a sentir más gracia y belleza. Los conflictos con el cabello están enraizados en el reto de encontrar un modo más cómodo de conectarse con lo divino.
Y en el mismo sentido, los tocados simbólicos, esos que ves si te concentras, son representativos de lo que ahora me ofreces. Si al percibir te ves ofreciéndome un animal muerto, no te asustes. Tu tocado puede ser una ofrenda, un alimento, y estás conectándote ahora justamente a través de un despojo de la vida para acercarte a mí.
Si lo deseas, deja en los comentarios el tocado que ves, te ayudaremos a interpretarlo. Recuerda, no lo saques de tu imaginación idílica, evita elaborarlo, sé espontáneo, lo primero que aparezca, por extraño o incomprensible que te resulte. Es más, si no lo ves, puedo contarte qué es eso que justo ahora me ofreces, o si andas muy ocupado de las partes de abajo y no me ofreces nada en particular.
Finalmente, par aclarar, este ejercicio del tocado invita más bien al reconocimiento de una relación sobre la cabeza, no dentro de ella. Si te animas, acepta que existe una especie de convivencia entre los dos arribita de tu cráneo. No solo allí, por supuesto, pero hoy hablamos de esta que me agrada y que remite a un recurso que puede servirte para sentirme y permitirme ayudarte mejor".
Olga Castaño
Comentarios (8)
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