TALENTOS ESPIRITUALES

Creado el: 2020-03-29 09:17 am

Lecciones

Estamos en un momento bastante propicio para desarrollar nuestros talentos espirituales, pues la espiritualidad auténtica es aquella que complementa la vida cotidiana y sirve de herramienta real para enfrentar los retos y avanzar.

 

Aquí, algunos tips para entender mejor lo que significa tener una inclinación auténtica al desarrollo espiritual y las maneras de detectar las capacidades particulares y desarrollarlas.

 

 

Percepción

 

La percepción es una habilidad física que todos poseemos. Con fines trascendentes podemos incluir ahí desde la información proveniente de los sentidos hasta la intuición, pasando por emociones y sensaciones. La interpretación que se hace de ellas es otro talento, es decir aunque tengas una extraordinaria percepción lo que haces con ella no define su calidad ni mucho menos su especialidad. La percepción es en esencia el medio por el cual captas información íntima y profunda.

 

El exceso de percepción de hecho es relativo ya que no tienes una percepción más allá de tus capacidades naturales de administrarla. Tal vez ahora no lo estés haciendo bien pero eso no significa que no lo lograrás cuando entiendas mejor el para qué de tu virtud.

 

Si en cambio crees que nunca percibes nada solo obsérvate soñando, hablando de cosas que no conoces o detectando la humanidad tras ese individuo que acabas de conocer. Algunas personas captan poco en los detalles pero son especialistas en ver la esencia de las cosas cuando hace falta una solución o un buen consejo.

 

 

Inspirar

 

Este talento es natural a la gente simple, el tipo de personas que todos en algún momento necesitamos ser. Gente que no anda atenta a las señales minúsculas o a los llamados ajenos sino siempre enfocados en el ahora. Su sola presencia es una riqueza para quienes necesitan ecuanimidad, la facultad misma del instante bien entendido en la que todo fluye, se soluciona o simplemente se sabe dejar pasar.

 

Desarrollas tu capacidad de inspirar siempre que tienes la mente en paz y haces que fluya la naturalidad. Sé que los más mentales están ahí refunfuñando sobre lo imposible de esta opción, yo les digo que intenten no opinar, esa es la tarea puntual que tienen para desarrollar su paz.

 

Inspira quien está complacido de si mismo y se atreve a dejarse observar del otro libremente.

 

 

La palabra

 

No estamos hablando aquí necesariamente de quienes se dedican a enseñar estos temas o conversan sobre ello, la palabra se refiere a esa respuesta espontánea y auténtica con la que sabemos desempeñarnos gracias no solo a lo que ya hemos aprendido sino a lo que sabemos crear a través de la intuición.


Sé que has tenido que sorprenderte diciendo cosas que no habías pensado antes, de las que te sientes orgulloso a la vez que un poco sorprendido. Allí la intuición tomó la palabra, dejándote ver una espontaneidad que no siempre gozas pero que de verdad es creativa.

 

Desarrollar la palabra comienza justamente por guardarla, saber cuando callar o cuando tus pensamientos no son oportunos de promulgar. Hay que tener mucho tacto para poder callar, luego viene el tacto para elegir qué decir, su momento y su tono.

 

No creo que la palabra llegue a ser un arte terminado, más bien es el reflejo de aquello que vamos aprendiendo en el andar de la existencia, de modo que lo que un día fue verdad hoy es una idea que mañana será reemplazada por un nuevo hallazgo.

 

La palabra en el mejor de los casos es el reflejo de los aprendizajes reales.

 

 

Decoro

 

El arte de la discreción y la presencia a veces relativa llega a ser mucho más importante que otros talentos espirituales por cuanto reversa los posibles errores innecesarios y da tiempo a la sana reflexión derivada de congelar los instantes. A través del decoro la dignidad prevalece y se detienen los juicios capaces de destruir o retrasar.

 

En armonía con la palabra, el decoro permite a los incautos abstenerse de reacciones inesperadas y guardar discreción y a los más aguerridos atraerse a la prudencia, tan necesaria cuando se piensa que todo se tiene que decir.

 

El decoro se desarrolla liberándose en vez de absteniéndose. Hacerse libre de juicios y prejuicios es el ejercicio necesario, una vez se supera la necesidad de expresar todo lo que se piensa el decoro comienza a asentarse como un traje de luces en medio de la oscuridad. Si bien no es una virtud fácil de alcanzar el esfuerzo es poco frente a los beneficios de tener una fuente propia y directa de paz.

 

 

Austeridad

 

En un mundo colmado de información pareciera que todo se tiene que saber; hay que saber ser un personaje público, hablar de tal o cual manera, explicar todos los fenómenos o tener siempre una respuesta apropiada.

 

Viviendo así, qué queda para el diálogo interno si no es una conclusión apresurada que cierra toda inquietud, un afán innecesario y limitante por terminar todos los temas evitando profundizar.

 

La austeridad es ese talento de navegar entre inespecifididades, en el océano de verdades que no siempre cobra forma o se definen, presenciando corrientes con vida propia que fluyen hasta ellas mismas encontrar su rumbo.

 

Desarrolla tu propia austeridad para encontrar ese bálsamo al exceso de pensamientos, por medio de entender tu saludable incapacidad de resolverlo todo y ordenar al mundo en las ideas.

 

Que el mundo sea un océano a tus pies y no una caverna en tu cabeza.

 

Por favor diseña tus propios ejercicios, retos de liberación que despertarán paulatinamente tus talentos espirituales y darán alivio a los padeceres de tu existir. Si deseas apoyo solo escríbenos, este tiempo de buscar los propios caminos no se debe desperdiciar.

 

 

 

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Olga Castaño

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Comentarios (4)

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Jose Luis Bociga
Me gusto mucho este artículo. Gracias,

2020-04-07 11:56 am

Olga Castaño
Gracias a ti José Luis, veo que lo puedes aprovechar muy bien.

2020-04-07 11:56 am

Carol
Inspirar... Admiro esa virtud... Que bien me viene practicar la austeridad 🤭

2021-06-01 06:26 pm

Olga Castaño
La austeridad de razonamientos te viene ‘divinamente’ 😉

2021-06-01 08:18 pm

Nuevo comentario
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NO SÉ SI DEJARTE UNA PLUMA
“Vengo llamando a Luz hace algún tiempo. Cuando la llamo ella rompe en alegría y corre a encontrarme en lo que conoce; los animales que le agrandan, las señales, los signos; claves que escucha por ahí y le gusta asociarlas conmigo. Luz, mi niña, soy mucho más de lo que entiendes, no me busques solo en lo que ves, búscame también en tu corazón. No me pienses solo en lo que entiendes, déjame ser un enigma, un misterio, ahí seremos mejores amigos que si me intentas descifrar. Escucharás cientos de cosas sobre mí, que soy así o asá, que tengo esto o que me gusta aquello, que me pongas una vela o que digas tales palabras. ¿Y qué tal si de repente deseo hablarte al oído?, pues corres el peligro de estar ocupada diciéndome cómo comunicarnos. Si los dos levantamos nuestra línea de comunicación al mismo tiempo por favor ten la astucia de callar. Déjame hablar, no siempre hablo, no siempre es posible, entonces aprovecha como a un milagro esos eventos en los que puedes identificar mi susurro, mi caricia, mi amor exclusivo para ti. Además, de qué te preocupas, tenemos todo el tiempo para los dos, nadie puede estar en medio de este vínculo invisible, nadie puede venir a decirnos cómo acercarnos o en qué invertir nuestro tiempo juntos. Te he dejado algunas plumas, porque sé que alertan tus ojos y disponen tu corazón, pero ya no sé si dejarte otra pluma. Visitaste el manual de significados ajenos y eso cambia el efecto que deseaba para ti. Yo quería algo más íntimo entre los dos, que sintieras la pista y fueras de inmediato al siguiente paso. Lo que hizo el dichoso manual fue llevarte a consagrar a la propia pluma. Amiga, la pluma no soy yo, no es mía de hecho, no tengo plumas ni mucho menos alas, no las necesito. Soy algo muy distinto a lo que a veces alcanzas a imaginar, así que permíteme por favor decirte con claridad que no espero que me sigas reconociendo en las partes de ave que alguna vez anhelaste con ilusión infantil. Desde ahora quiero que escuches las señales inesperadas, que aprendas a sentirme incluso a través de los medios que aún no has considerado. Déjame sorprenderte, probarte, enseñarte a ser más astuta, más alerta para mí. Por supuesto que amo la espontaneidad, y me gusta cambiar de opinión. No esperes entonces que la experiencia que un día coincidió con lo que dicen por ahí se convierta en una verdad terminada, escrita en roca, definitiva. Qué aburrido sería vivir de una sola verdad para siempre, en serio eso no me agrada. Ten la bondad de no quedar triste por ceder en el tema de las plumas. Más bien debes estar orgullosa de ti, si podemos ya prescindir de esas señales primerizas es porque vas estando más cerca de mí, y podemos avanzar hacia una comunicación más profunda. De tal manera que si un día, sin esperarlo, entra por la ventana de tu carro en movimiento una pluma persiguiendo tu corazón, tú ya puedas entender que no soy yo acechándote para enamorarte, eso ya está hecho, que es más bien un pajarito con excelente puntería que he enviado a dirigirte una de sus partes con el fin de llamar tu atención sobre algo en particular. Prefiero que sea así, encuentros desprevenidos, descargados de intenciones o deseos. Que nuestra comunicación evolucione, que yo no signifique siempre lo mismo para ti, y que si hemos de volver a algo viejo sea para renovarlo, para hacernos el guiño de amigos con historia que empiezan a tejer sus propios misterios”.PD: si tienes una experiencia semejante por favor compártela en los comentarios, este juego de señales entre ustedes y nosotros no es solo un tema para principiantes 😉 
LA INOCENCIA DE OCULTARSE LA VERDAD
“Hay verdades difíciles a las que has decidido mejor negarte. Hablemos hoy de esas verdades cubiertas en las que crees que has tomado las medidas apropiadas: un dolor, un defecto, un miedo, un error; una posibilidad, la diferencia, los cambios; en general hablamos de negarse a lo que ya se demuestra que es verdad.La gente suele quejarse de algo que no le fluye, o que se da con mucha dificultad. Y yo los miro sabiendo que son ellos mismos quienes construyen el bloqueo, pero no tengo manera de mostrárselos porque han decidido no verlo, que es diferente a no poderlo ver. Es decir, una verdad que te niegas es una barrera que pones a avanzar, tú esperas continuar como si esa negación o evasión no tuviera consecuencias, cuando en verdad es como construir un muro a los lados y esperar tener toda la perspectiva.Muchas personas viviendo sobre mentiras entiende que esa es su realidad, otras que también han acomodado las verdades al menos entienden que se irán moviendo e incluso consideran que llegarán a participar. Esta es la diferencia entre admitir la verdad y creerse las propias mentiras, una diferencia que define si podemos ayudarles o no, quien decide que tiene la razón aún sospechando que no nos está rechazando definitivamente.Si Carlos me pregunta sobre su vida yo corro feliz a responder, él siempre sabe qué preguntar. Ahora, sé bien que no me quiere escuchar, solo se quiere escuchar en la resonancia de sus pensamientos extensos, entonces prefiero que se vea haciendo eco de sus anhelos y conflictos. Eso es lo que pasa con quienes no le dan permiso a la vida de ser, se quedan atrapados complaciéndose en su propia música, perdiéndose de la creatividad infinita de la vida.A Camila le respondo cuando me habla entre verdades y complacencias, no la engaño, solo estoy dejando que ella tenga que ver lo que piensa en mi voz. Le muestro entonces con facilidad, en acciones y suspiros, que mucho de lo que desea que se cumpla no es su deseo principal.Decirse la verdad amigos tiene que ver con entender que seguirán descubriendo para siempre sus verdades, y que eso lejos de ser escabroso es apasionante y juvenil. Alguien que se atreve a redefinir sus verdades cotidianamente siente que está vivo, se sorprende y por supuesto avanza con maravillosa fluidez. Si estás en los que retienen la vida y se amarran a sus ideas sabrás que eso se siente rígido, la vida es más pesada, y ahí no podemos ayudar muy bien.Afortunadamente existen distintas maneras de pensar en una misma persona, si te ubicas en esa rigidez estoy seguro de que tendrás algunos espacios de ti donde eres abierto, donde nos dejas guiarte, mejor dicho donde permites que la vida lleve la bandera. Por eso este llamado obedece más a conquistar gradualmente distintos modos de ti mismo donde por razones de fuerza te viste aferrado a una manera de pensar, ahora que buscas caminos y eres más astuto vas sabiendo que recrearte, abrirte, es mejor que estar anclado.Cuando las cosas se ponen difíciles es cuando seguramente más te aferras, pues resulta que esos también son los momentos más propicios para soltar. Supon que en adelante te atreves a enfrentar las verdades como lleguen en vez de esconderte o correr a los viejos conceptos conocidos. Imagínate valiente parado sin moverte, sin construir paredes, sintiendo el aire de lo nuevo y respirándolo en vez de ahogarte.Al instante en que alguien valiente da el primer paso nosotros estamos ahí respirando con él, podemos ayudarles a asimilar esas verdades incómodas o difíciles de aceptar, solo hay que dar este paso de valor, sostenerse de la vida, no del miedo, y con el impulso del miedo animarse a mirar, a recibir, a temblar.Cuando te decides a confiar en que cada cosa llega para darte más vida entiendes que no se trata tanto de aceptar como de sentir curiosidad. Investiga con inquietud y disfrute lo que está llegando, no lo definas para empezar, no saques una lista de condiciones que nadie está escuchando. La vida, y nosotros trabajamos para ella, no hace caso de lo que le señalas, no se ofusca con tu desesperación. La vida es una gran nave que se mueve por sí misma, y como sabes que no la vas a dirigir entonces aprendes mejor a entender una parte de su curso y su razón.Vivir abiertos a la verdad es una especie de desnudez. Implica desconocimiento, naturalidad, incluso cierto desparpajo. La ropa es un recurso para protegerse más que para engañarse, si bien estás vestido no debes olvidar que existes desnudo, y del mismo modo las verdades, aunque a veces vestidas, siguen siendo lo que son en su esencia verdadera”.
¿SÍ TIENES QUIEN TE REGAÑE?
“Si nadie en tu vida tiene la voz para regañarte entonces estás pobre. Quiero que tengas a alguien a quien miras con autoridad y le permites reclamar por tus errores. Ya sé que eres adulto y sabes cuando te equivocas, pero no esperes poder ver tu mundo por completo siempre solo. Las miradas externas, cuando son sabias y albergan afecto, son la luz que te libra de la oscuridad que no sabes que posees. A propósito tengo algunas amigas que no logran ver en que están fallando, son mujeres autónomas que prefieren vivir la vida bajo su propio criterio y consideran que ese es un acierto en sus vidas. Hoy les digo a ellas que replanteen por favor ese principio y se dejen envolver por la manta de quien mayor o más sabio en algún sentido las puede detener y ayudarles a mirar un poco más allá. Esa persona que te regaña no será siempre la misma, de hecho lo normal es que cambie, o que teniendo a alguien especial le des ese permiso a un consejo inesperado sin fijarte tanto de quien proviene. La mirada que acepta un regaño es una mirada abierta y optimista, admiro a la gente que puede ver más allá incluso cuando se está sintiendo mal por sus fallas. Si aún no logras semejante poder practica, aguanta el temblor de la incomodidad y somete tus ojos a la luz para que más allá de la culpa o la vergüenza veas la oportunidad presente en tu error o en tu dificultad. Tener quien te regañe aporta también una figura de autoridad, y que bien te viene respetar a alguien que siendo semejante puedes ver superior al menos en algún sentido. Es difícil que crezcas si no entiendes que hay gente más adelante que tú en algunos elementos vitales. En cambio es fácil avanzar cuando sabes que caminas en medio de muchos caminantes y que cada quien disfruta de riquezas que a veces corresponde compartir. La figura del regañador es más bien la figura del consejero, del mentor. Puede que hoy no esté tan de moda pedir un consejo, o que cueste mucho acudir a un experto, pero ocurre que puedes tener a la mano, en tu lista de contactos, gente que con una llamada y un cafecito ofrecerá ese concepto que tú mismo sabrás cómo convertir en un regalo. Vuelvan a acostumbrarse a los diálogos, a las conversaciones sobre lo personal, no como se hace con frecuencia, para pavonear frases célebres, sino más bien para ser honestos, y para sorprenderse de lo revelador que puede ser abrirse a otra persona. Por supuesto que hablo de conversaciones que rompan modelos, no esas con los de siempre en el lenguaje de siempre. Ahora, ser quien regaña es una tarea tan delicada que mejor debe ocurrir espontáneamente. Si ya te sientes quien siempre regaña algo raro está ocurriendo. Mejor deja que dar consejos y recibirlos sea una experiencia nacida del evento milagroso de una conversación tejida con cuidado y naturalidad. Evita regañar a quien no está buscando cambiar, te sentirás invadiendo un campo minado. Claro que hablamos aquí de regaño como esa apreciación bien intencionada en la que alguien tiene la facultad de mostrarte, sin cantaleta o sermones, algo en lo que hace falta cierto redireccionamiento.  De hecho los mejores regaños (quise llamarlos así por su connotación de incómodos) ocurren sin palabras directas, en medio de una apreciación que se va directo al pecho en torno de algo en lo que seguramente te sientes atascado. Así amigo que disfruta los regaños, vuelve a la autoridad, respétala, y ten mucho cuidado cuando te corresponda serlo. Estamos hablando de esa bella facultad humana de enseñarse los unos a los otros el arte de vivir. Se ha perdido la costumbre y me gustaría verlos tener más charlas espontáneas en las que descubren algo liberador para ustedes mismos o para los demás”. 
REFUGIADOS EN LA IRA, EL MIEDO O EL DOLOR
"Tengo muchos amigos ahí, en las sombras de una emoción perdurable. La conocieron, y se quedaron habitándola con familiaridad. Quiero invitar a estos amigos a salir de ella como se deja a la familia, con el amor de ir en busca de la libertad.La ira hace sentir poder. Si te refugias en la ira posiblemente estás tratando de ser más fuerte, más decidido, de poner límites, de transformar algo que te agobia. Cuidado con confundir ese sentimiento interno en una responsabilidad ajena. «Es que fulano me hace dar rabia», de manera que te dices que la responsabilidad de tu rabia es de fulano y no tuya.Fulano no vendrá a calmarte, a pedirte perdón o a cambiar para ti. Eso no sucederá, y si ocurre es porque fulano espera someterse a tus deseos, lo cual no debería ser un anhelo tan loable. Fulano seguramente comete errores, o es incluso despreciable en cosas, pero, ¿es fulano responsable de tu ira?Tu reacción, tu sentimiento interno, tu capacidad de asumir las cosas, es un asunto de tu incumbencia, y de nadie más. Claro que hay gente que puede ayudarte, escucharte, incluso apoyarte o negociar un cambio, pero cómo te sientes frente a algo es un poder únicamente personal.La ira como escudo es una fachada de fortaleza, si te has quedado a vivir en ella te animo a que sospeches que tienes la inteligencia para aburrirte de ser el bravucón o bravucona que es capaz de poner los puntos sobre las íes en palabras, pero que no toma decisiones que cambien las cosas en verdad.Tal vez no lo habrás notado, pero tu rostro, refugiado en la sombra de la ira, se ha tornado poco grato, amargo, gris. Tienes esta habilidad de ser fuerte con tus actitudes y palabras, cuando en verdad deseas amor, ternura, comprensión.Esa fuerza, que hasta ahora parece estar concentrada en la cabeza, en la cara, puede dirigirse un poco hacia abajo para tornarse en fortaleza, en determinación, en esa habilidad a veces escasa para ti de ir al punto y corregirlo por ti mismo.Créeme, ese cambio es posible. La próxima vez que tu ímpetu salga a demostrarse, observa si eso que tratas de frenar en verdad se frena con tu ira, o si solo ocurre que la ira se vuelve la protagonista y recibes un caramelo en vez de una solución.Querrás cambiar porque entenderás que donde no hay cambios externos, el cambio eres tú.El miedo es el refugio de quienes no quieren que nada pase y si lo piensas bien, eso es pedirle a la vida que no suceda, que no cambie, que no deje ver lo que está mal, que no te rete. Y lo sabes, te gustan los retos, y que las cosas salgan bien.Parecido a la ira, en el miedo hay una oportunidad: reconocer tu valor incluso cuando las cosas no salen como esperas. No es tanto un tema de autoestima como de poner a prueba el propio valor e ir sin discusión a encontrarlo una y otra vez.¿Qué tiene de malo que tu valor se ponga a prueba? No es nada personal, la vida está haciendo lo que mejor hace, causando más vida. Si te reta, si te cuestiona, si te hace ver algún error o fracaso, la vida no tiene otra intención que moverte hacia adelante, estrujarte, hacerte enderezar y avanzar.Cuando el miedo aparezca por favor reconoce una prueba, y entra a ella apretando el lapicero, no clavándolo en tu ojo. Pasarás la prueba, de hecho está diseñada para ser superada, y tu esfuerzo más que nada es evitar el saboteo, sobrepasar la duda, enfrentar el deseo insaciable de huir.Créeme, cuando te detienes te apagas. Cuando avanzas a ver tu valor nuevamente tu brillo consigue nuevos destellos.Del dolor ya hemos hablado en otros dictados, con él ocurre que ha sido tan vanagloriado que es difícil cuestionarlo. Como refugio el dolor es de lo más cómodo, pero es oscuro y contrario a la vida.Sé que hay dolores que duran años, o que se meten en las entrañas. Pero nada dura para siempre, excepto porque hagas un esfuerzo en sostener vivo lo que se quiere morir. Algunos de tus dolores son zombies. Ellos se quieren quedar atrás y regresar a sus tumbas pero tú los alientas, les inyectas vida de las entrañas que aún no han sido comprometidas, y te desgastas para sostenerlo.Le entregas la vida al dolor como si fuera una causa elevada, un gran logro espiritual, y no. El dolor no te garantiza una vida de gozo en el cielo, no te garantiza ninguna felicidad, al contrario te va formando cierto impedimento para disfrutar y abrirte a cosas bellas en el futuro que espera por ti.Terminemos diciendo que no estoy negando las emociones. Ellas son a nuestro gusto las reguladoras de la vida, y nos ayudamos de ellas para despertar cambios, para animar la verdadera transformación.Les dejo este dictado en especial para que se animen a ser conscientes de su vínculo con las emociones que se convierten en refugio, y más que nada para que se convenzan de que es algo totalmente transformable. Si tienen la fuerza para estar aquí, tienen también la fuerza, la nobleza y el decoro para asumir de otro modo la trampa en la que han caído de convertir a las emociones en escudos permanentes o en sombras que los opacan y no producen ninguna solución real. El que da el primer paso, ese es el verdadero valiente".
ES QUE YO SOY EL PILOTO
“Vamos a entrenar la cabeza, a desentrenar esa manía de llevarlo todo por tu propia cuenta, de mandarme a la silla de atrás para esperar que yo solo haga caso a tus indicaciones.  Las conversaciones de los últimos días han traído un tema en común, gente grandiosa pasándose de la raya al intentar tenerlo todo bajo control. Carentes de espontaneidad mis amigos administradores están abusando de la realidad, la suplantan incluso, veamos porqué. Una amiga mía, gerente, siente que ella misma construyó el avíon, lo cual es real, pero de algún modo asumió que lo hizo ella sola. No lo diría, es más, ella no lo pensaría así, pero se enfrenta al mundo en su nave sin considerarme verdaderamente, sin al menos sospechar que yo, el gran piloto, la vida en sí misma, tengo algo entre manos. Entonces puedes verla forcejeando, incluso arrebatándome los controles. Tengo de hecho una historia en las que quiso atarme en la bodega para darle una vuelta al destino. Me gusta la gente poderosa, no lo voy a negar, pero quien usa su poder para luchar contra la vida se está desgastando en un combate de solo perder. El poder de mi gerente brilla cuando se alía conmigo, nos aliamos hace un tiempo para construir el avión, solo que como no me vio moviendo tornillos cree que yo no estuve ahí. Ahora que las cosas se están poniendo incómodas para ella quiere reparar algo que no está dañado, quiere incluso desviar el avión. No tienes amigo porque saber que estoy ahí, lo natural es que te identifiques como individuo y que vueles por ti mismo, a tu manera, con tus recursos. Pero ahora que vas siendo más consciente de mi fuerza, a veces hasta de mis intenciones, tómate por favor el trabajo de entenderme en una posición más privilegiada que solo seguir indicaciones o escuchar teorías. Otras gerentes, amigas cercanas también, acuden a mí para intentar arreglar la vida ajena. Ellas aprenderán por cansancio que están solas en esa lucha por corregir a la vida cuando les parece que se equivoca con sus seres queridos. Rara vez los acontecimientos de la vida son un error, así como es muy raro que alguien solo sea víctima de una circunstancia determinada; si ese alguien está envuelto en ella es porque algo ha de tener que ver, por supuesto para su propio bien. En todo caso ellas cuentan conmigo también para aprovechar su poder, por eso les quiero escribir aquí a todos quienes se esfuerzan en dar lo mejor: por favor, no abusen, no esperen que su poder les dé todo lo que desean, o que los retos se presenten a su manera. ¿Cómo enriqueceremos el vuelo si no hay vientos encontrados?, ¿cómo esperan ir más allá si solo miran hacia su más acá?. La gente poderosa, es decir, que logra poder sobre sí misma y sobre el mundo, puede olvidarse que ese poder ha de incluir la capacidad de tener menos la razón, de aprender más profundo con los años, de anhelar incluso madurez y más adelante sabiduría. Por supuesto que no eres poderoso solo si eres gerente, ellas son nuestra experiencia de los días recientes y nuestro grato escenario de conversación. La gente poderosa, lo digo con alegria, abunda. Ahora, la gente poderosa capaz de contenerse en sus impulsos y sobrepasos no tanto, no hay uno en cada esquina. Han aprendido muchos de ustedes, amigos poderosos, a dejarse llevar por los caprichos aprendidos, estableciendo un mundo propio en torno de normas con las que intentan regir a la vida circundante, y eso seguro los ha hecho fracasar. Cambiemos eso, cambiémoslo juntos. Te ofrezco guía, una para lo cual no necesitas talentos especiales, más bien sí verás la necesidad de mirar desde otras perspectivas, incluso desde abajo. El solo hecho de admitirse pequeño frente a lo grande que es la vida puede llegar a ser el comienzo de una visión de sabiduría. Así que sabiendo todo esto por favor no te afanes por descifrar mis intenciones, ese es tu instinto buscando nuevamente control. Mejor báñate de indiferencia, vuela a ojo cerrado intencionadamente, sintiendo el vacío y viéndote inocente de lo que está sucediendo. Las experiencias retadoras no están esperando ser congeladas para corregirlas, más bien tratan de sacar más de ti, de mostrarte incluso maneras nuevas de operar la nave. No soy tan amigo de los regaños pero sé que a veces refrescan la vida, si te estás sintiendo regañado o regañada aprovecha, suelta el timón y permíteme conducir por un rato. Disfruta el paisaje, que las adversidades te muestren el futuro. Yo te presto mis lentes si los usas para ver tus limitaciones con amor y divertirte”.