TERNURA SALVAJE

Creado el: 2022-06-12 08:11 am

Inspiración

“Este dictado está dirigido especialmente a esas dulzuras salvajes que creen dirigirnos con su actitud amorosa y compasiva, no les vamos a romper el corazón, cuentan con nuestro amor, solo queremos que sepan que les garantizamos el orden natural, no dirigen aquello que es superior, para su bien eso superior los guía a ustedes.


Somos precisamente esa voz de lo superior, estamos ahí para acompañarlos, guiarlos, ayudarles a reparar errores y a sanar. En general nuestra presencia es más un empujoncito que un trabajo complementario, es decir la gran tarea sigue siendo suya.


La ternura salvaje se refiere a esa actitud de dirigirse a nosotros con expresiones afectivas para decirnos lo que tenemos que hacer. No prestamos mucha atención a las maneras de las personas, en verdad nos enfocamos en su corazón, pero este método tiene tan confundida a una buena parte de la gente que nos habla que es mejor hacer algunas claridades.


No somos obedientes, no podemos serlo. En esencia somos la voz y la presencia de lo superior, de lo más elevado. ¿Cómo lo más elevado va a dejarse guiar justamente de los amigos a quienes debe guiar?. Si eres padre o madre sabrás que a los hijos se les escucha, que a veces ellos tienen la razón, pero que no siempre puedes complacerlos o explicarles las razones por las que eso que ellos desean simplemente no corresponde.


Pues sucede lo mismo con ustedes, hay tanto en juego sobre sus vidas que no podemos hacerles llegar un plan detallado para decirles que no, simplemente no ocurre y esa es también nuestra comunicación contundente. Pedir al cielo no es algo como lo que han cultivado por años, no funciona como una lista de deseos, no es cierto que pidiendo con amor y devoción todo se te dará, ese tipo de engaños alteran tanto nuestra relación con ustedes que la mantiene en el orden de lo irreal, mientras que nosotros queremos hacer parte de sus vidas como la realidad que ya somos. 


Aprender a pedir no es entonces la recomendación, ya conocemos lo que sientes, lo que necesitas, lo que anhelas. Solo sospecha, si estamos contigo es porque hacemos parte de tu equipo para conseguir lo que sí podemos apoyar. Hablarnos con amor o sacrificar cosas no nos va a convencer de algo que no te hace bien, lo que no es para ti simplemente no lo es.


Te engañas entonces considerando que estás causando algo con nosotros, convenciéndote de darte gusto y asegurando que te respaldamos, mucha gente incluso encuentra un eco semejante al nuestro y se engaña a sí misma, no somos nosotros dando falsas esperanzas, son sus intenciones desbordadas suponiendo una conversación que en verdad no se encuentra ahí.


Cuando alguien ha llegado a eso, a falsear nuestra presencia, se encuentra también cerca de superarla, de entender que no necesita complacerse más, que ya quiere abrirse, aprender, recibir. Superar un no es igual de importante que conseguir un sí, es como una fiesta de graduación, cuando aceptas un no de nuestra parte estás madurando en ese tema en particular en el que venías insistiendo con ternura salvaje.


A veces eso que tanto deseas debe dar algunas vueltas para transformarse y ser así una realidad que te haga bien, nosotros te mostramos un siguiente paso, tú síguelo, el camino a eso que deseas se define más por lo que puedes avanzar que por la intensidad con la que deseas. Ir al paso uno es la manera como accederás al dos y al tres, ¿cuál es esa inocencia desbordada de creer que tú sabes saltar a aquello que no has sabido construir?”.


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Olga Castaño

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Comentarios (8)

Nos encantaría saber lo que sientes y piensas con este dictado, comparte tus experiencias o preguntas, sugiere nuevos temas.

Pato
Bello, antes creía que no merecía lo que estaba pidiendo, ahora veo que cada NO venía con un regalo para poder limpiar mi corazón y subir el escalón que me lleva a lo que quiere el cielo para mi. Gracias, gracias, gracias

2022-06-12 11:21 am

Olga Castaño
“Gracias Pato, me ayudas a decir que hacernos caso es conveniente, suceden cosas que no estaban esperando, y al final todo termina en un mejor lugar”.

2022-06-12 03:52 pm

Consuelo
Que hermosura mas claro no puede ser. Uno mismo se enreda sin necesidad, paso a paso ganaremos conocimiento porque estos regalos del cielo llegan muy profundamente y nos enriquecen. GRACIAS MIL.

2022-06-13 10:30 pm

Olga Castaño
🤍

2022-06-14 12:29 pm

Angélica Idárraga
"Superar un no es igual de importante que conseguir un sí" esta frase me conecto con mi adolescencia cuando le pedía permiso a mi mamá para salir y ella me daba un no por respuesta, yo nunca luche con eso porque me decía: el día que sea mamá lo entenderé. Y me preguntó porque ahora sí lucho y quiero controlar las respuestas del cielo pero sobre todo siempre quisiera tener si por respuesta.

2022-06-14 07:40 pm

Olga Castaño
"Justamente querida porque ya te sientes grande"

2022-06-15 03:12 pm

Carol
Me encantan los dos últimos dictados... Hermosas herramientas para superar la obstinación y avanzar. Gracias

2022-07-03 07:07 pm

Olga Castaño
Siempre es un placer 😇✨ Gracias por recibir 🤍

2022-07-03 07:24 pm

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EN PAZ CON LA MUERTE
Sentada frente a la ventana mientras llueve me pregunto por qué se asocia a la lluvia con la tristeza cuando ella es justamente la vida cayendo a gotitas. Es lo mismo que sucede con la muerte, entendemos solo el momento previo a partir y por mucho consideramos que es necesariamente tragedia o dolor. Así como gracias a la lluvia prospera la vida es gracias al final de esta existencia que todo vuelve a comenzar. Cuando nos vamos nuestra esencia prevalece, los recuerdos se van y la existencia se renueva, sin embargo hay pendientes que no dejamos aquí. No se quedan en la tierra los deberes con uno mismo, esos defectos que evitamos superar o los fallos que conscientes dejamos de atender; sin rencores ni cuentas de cobro aquello importante que no hicimos aquí habremos de retomarlo en el más allá. Si tu llamado incesante es a liberarte cuenta con que ese llamado no se detendrá después de partir, si en cambio sientes que la vida reclama más de tu responsabilidad allá te verás enfrentándola sobre ti mismo y tus asuntos. El llamado a la humildad es uno bastante común, así como la necesidad de superar la negligencia, la indiferencia o el desprecio; algunos llamados son sencillos como la aceptación y otros más complejos como la comprensión. Tras la muerte también continúa la virtud, esos aprendizajes verdaderos que se graban en el alma y despejan el camino por venir. La memoria deja de funcionar incluso frente al dolor o la tragedia, pues sin importar cómo pereces la muerte misma es un regalo de amor del Cielo en los corazones reconciliados y el comienzo de una nueva realidad que aceleradamente sana dolores y pendientes. Mueres como vives, si vives para el miedo y la confusión es posible que tu partida se parezca a ello, si sabes confiar y apreciar la belleza de lo simple entonces gozarás al descubrir tu nuevo comienzo. No eres solamente ese cuerpo que tienes ahora, ni tus memorias o temores, eres mucho más que actitudes y talentos, que logros o carencias. Al final tú mismo sabrás lo que valió y con ese tesoro arrancarás allá a caminar rumbo al cometido inefable del encuentro con esa parte de uno mismo más pura y elevada. No esperes comprender la muerte, no sabes cómo llegaste igual que no sabes como partirás, mejor párate en la confianza de que siempre se camina en busca del progreso y si has sabido aprender todo lo que vendrá estará iluminado por la luz que has cultivado. Para terminar, sin importar cuanto haces por los otros siempre entra en la ecuación, pues aquello que has hecho por ti cuenta más y primero a la hora de juntar las semillas con las que harás florecer tu siguiente andar. Eso sí, asegúrate de saberte valorar porque esa es allá la carta de presentación. Entonces sigamos aprendiendo juntos para el alma, lo que sucede viviendo y atendiendo el llamado a la virtud. Hay mucho que aprender sobre la muerte porque hay tanto más que aprender sobre la vida y la mejor preparación para el futuro es trabajar en el ahora, en el tuyo particular según tus necesidades y conflictos. Estar en paz con la muerte comienza estando en paz con la propia vida, repara lo que está quebrado, aprende sobre el siguiente paso y avanza, esa es la mejor preparación.   
AYER ME DIVERTÍ CONMIGO
“Si me preguntaras sobre tu felicidad te remitiría siempre a la de los instantes contigo mismo. No hablo de grandes momentos de revelación solamente o de satisfacciones contundentes, me refiero a tu capacidad de entrar en alguna conexión sencilla que normalmente sucede espontánea. ¿Esa bobada es la felicidad?, pues sí, lo es. La felicidad consiste en sentirse bien con ustedes mismos; por supuesto que los logros importan, que el amor alienta la felicidad, que la familia es el bálsamo de la vida, pero amigos la felicidad es un sentimiento personal. Imagínate que creo una máquina de monedas para darte cuenta de tu propia felicidad, hago que te muestre indicadores para evaluar un momento; tengo manzanas, peras y fresas. Debes introducir solo una moneda, una que tiene dos caras, una cara es la felicidad que tú crees sentir, la otra cara es la felicidad que yo te quiero mostrar.  Es decir, desde el momento que introduces la moneda estas dispuesto a aceptar que tal vez eso que identificas como felicidad (o infelicidad ) no lo es tanto como parece y que te quiero devolver la moneda para practicar un día más. Así, devolverte la moneda es una invitación a considerar más en serio las dos caras de la felicidad. Lo que va a pasar cuando introduzcas la moneda es que recibirás una fruta de repuesta. La pera te dice ‘espera’, piénsalo mejor, deja que más en lo profundo se muestre tu verdadera sensación con esto que ahora de pronto es emoción solamente. La manzana dice ‘mordiste’, ya lo tienes, vives una felicidad que debes valorar mejor. La fresa en cambio es aprobación, dice ‘dale puntos’, súmale a esto que ya sabes conseguir. Así que podemos jugar, tú pon la moneda, envía un comentario (si prefieres por WhatsApp) con la fruta que crees que vas a recibir, según tu sensación sobre la propia felicidad, más allá de lo que estés viviendo en este preciso momento. Por ejemplo: ¿🍐?, ¿🍎?, ¿🍓?. Te devolveré la moneda con una pista sobre tu verdadera felicidad. Entiende por favor, no es un juego de adivinación, mucho menos una declaración de que no eres feliz. Lo que quiero es que te familiarices cada vez más con esa disposición hacia ti mismo que finalmente, al margen de hazañas o decepciones, te deja en un balance de agrado por ti. Seguiremos buscando juntos, como ya lo hacemos, más elementos para la felicidad. Solo recuerda, cuando buscas la felicidad directamente en eventos, personas, cosas, estás dando muchas vueltas dirigiéndote a algo que solo te devolverá a la intimidad de lo que haces directamente por ti. Quiero decir, al final de todo lo que anima y desanima en la vida, queda esa conexión esencial contigo mismo en la que el centro de la felicidad es lo que sientes por ti. Vamos a jugar, a comprender un poco más la felicidad”.
APACIGUAR LA MENTE
“Apaciguar habla de alcanzar paz de a pocos justo donde las cosas han estado turbias o conflictivas. Hablemos de apaciguar esas mentes alborotadas que traen caos y sufrimiento, porque es de ese modo como mejor se puede pensar, pensar bien y pensar más allá, dándose cuenta de lo que sí corresponde en vez de estar tan distraídos en ese ruido a veces incesante en el que se convierten sus pensamientos. Calmar la mente es difícil si justamente tratas de hacerlo a través de pensamientos. Si buscas una respuesta desesperadamente y das vueltas una y mil veces no estás ayudando a calmar la mente para encontrarla. O si te has establecido como tu propio psicoanalista difícilmente entenderás aquello en lo que estás atrapado ya que le pides al artífice del engaño que se ilumine para vencerse a sí mismo cuando en verdad está ocupado sosteniendo su postura. Es que vivir de pensamientos no es algo que les pueda recomendar. Se vive de ideas, mezcladas con sentimientos, sensaciones, acontecimientos, incluso revelaciones, pero solo vivir de ideas es inquietante por decir lo menos. Veamos que tanto estás dedicado a tus ideas y como las estás convirtiendo en tu carcelero. Eres prisionero de tu propio parecer si además de querer expresar tu punto de vista permanentemente te ofuscas cuando no es escuchado o validado. Cambias de parecer sobre algo y te descubres atacando con vehemencia aquello que ayer considerabas la verdad. Te sientes maravillado cuando alguien habla con convencimiento y autoridad sobre algo, tanto como para apropiarte de sus ideas y replicarlas a la primera ocasión. Tienes miedo de no saber, lo sabes porque te cuesta verte ignorante sobre algo, admitiendo tu ignorancia, o avergonzándote de no saber desde antes algo que parecía tan obvio. Te han elogiado por ser inteligente, y con ello has creado un deber de saber, un apetito por ideas y conceptos que alimenten una posible conversación o una futura respuesta salvadora. Consideras definitivamente despierto a quien argumenta y pasmado a quien no habla o evita expone sus ideas. Te parece que reservar tus pensamientos es esconder tu poder. Bueno, podríamos continuar, de hecho te invito a que elabores tus propias descripciones, porque estoy seguro de que has abusado en algún momento del poder del pensamiento. Y eso ocurre gracias a la necesidad humana de aventajarse, la lucha por la vida que salió de los bosques y selvas para vivirse en la jungla del pensamiento donde hay que competir por la supremacía a través del rigor del que parece más vivo. Eres mucho más que pensamientos, solo que aún no conoces todo ese poder más allá de ellos. Ocurre que ese poder reside en la discreción, en la pausa o el silencio, y deviene más entre susurros y modestias que entre concluyentes hallazgos evidentes. Me refiero a que están los pensamientos al alcance inmediato, y más allá de ellos los susurros, las ideas del futuro, las insinuaciones de la vida coqueteando para invitarte a una nueva realidad. La gente suele preguntarme cómo acallar la mente, yo les digo que tomen menos café, que practiquen algún arte, que disfruten la naturaleza. Algunos meditan, beben té de hiervas u oran. Incluso los más activos mentalmente se refugian en juegos, redes sociales, series o música para ocuparse de algo distinto a sus propios pensamientos. Mi llamado, más que acallar la mente, es a aprovechar su poder para avanzar, alejarse al máximo de la desesperación que puede venir tras el desborde de la razón, incluso hasta aprender a evitarla con determinación y disciplina. Que se aloje entonces la idea de que pensar en exceso entorpece. Si ese primer paso es para ti, y lo conquistas, habrás logrado ya algo esencial, despreciar la desesperación y privilegiar la cordura.  No estás desesperado solo cuando te sientes nervioso, si te encuentras hablando sin parar o rumiando pensamientos caóticos comienza a sospechar que la desesperación anda por ahí reprimida queriendo ser superada. De acuerdo a mi sensación de ustedes solo los veo tranquilos con facilidad de cuenta de la satisfacción o del cansancio, y me gustaría mucho que pudieran transformar esa realidad.  Entonces comienza por observar tus posibles momentos de desesperación, acude a ellos con mirada serena, es decir sospechando que no eres tú toda esa desesperación, que sigues estando ahí de otros modos mientras los pensamientos han decidido enloquecer. Si te reconoces al margen de tus propios pensamientos e ideas habrás dado otro paso esencial, el de saber que tu inteligencia vas más allá del triste galope incesante que resuena sin tregua. Que si notas a tu lengua agitada como juguete de cuerda que se ha quedado trabado entiendas que estás atrapado en pensamientos, y que mirándote en silencio, con la debida paciencia, te vas a liberar. No te declares por favor víctima de tus pensamientos, evita asumir, cuando tienes miedo, que esa idea temeraria te posee y tú solo sufres ese ataque externo. Los pensamientos que albergas son permisos que has otorgado, creencias, incluso fuerzas que en algún momento has aceptado. Al contrario de negar lo que piensas admite, acepta que sabiéndote tan inteligente también crees aún en cosas que no corresponden a la realidad que anhelas. A eso se refiere apaciguar la mente, a superar paulatinamente el conflicto entre los pensamientos que te atormentan y la necesidad auténtica de ser libre de ellos y avanzar hacia verdades más creadoras, más formativas. Terminemos con un ejemplo, a Marcela le parece que si no maquina constantemente su futuro, toma medidas y ejecuta acciones, nada ocurrirá. Vive disparada, debo decir, no solo en el sentido de ir acelerada, viviendo en el futuro, sino explotada en su interior, reventada por la ansiedad que a veces no puede notar de querer resolverlo todo. Ella tiene el anhelo fantástico de que un día ese ritmo le traerá la satisfacción que anhela para el resto de sus días.  Creo que Marcela tiene un desfase, vive en una realidad paralela, la creada por sus pensamientos. En ese mundo las cosas se resuelven siempre pensando, solo pensando, no hay más que ello. Es por eso que cuando la realidad la llama, la reta, ella se desgarra, exagera, incluso desfallece ante la fuerza disruptiva de la naturaleza incomprensible de la vida. Se quiebra. Tranquilos, Marcela ya se está dando cuenta de lo triste de ese mundo solitario. Aquí en el Cielo la acompañamos cuando abre sus instintos y se asoma al mundo de la realidad suprema, palpitante, creadora. Claro que se asusta cuando nota lo poco que tiene el control, pero ha fracasado tanto intentando regular la realidad que ya astuta comienza a decidir que no debe esforzarse más. Amigos, apaciguar la mente es una necesidad de inocentes. Acéptate inocente, desconocedor del resto de tus inteligencias, apenas bebé en el desarrollo de tus múltiples posibilidades de pensamiento superior. Eso es mucho más poderoso que intentar calmarse de cuenta de paliativos a los que ya has inventado su trampa respectiva. Apaciguar la mente es también decidir que quieres mucho más que pensamientos repetidos, es caminar de la inocencia a la ambición trascendente, a la dulce sospecha de estarte perdiendo de algo grandioso que estando a tu alcance aún no logras sostener”.
LAS ALAS SON TUYAS
“Según la representación habitual, nosotros, los seres del cielo, somos humanoides con alas. Pues bien, me gustaría que decidieras que esa imagen te representa más a ti que a mí. Esos personajes alados son más bien ustedes mismos cuando crecen, cuando se elevan o tocan los niveles más altos de la consciencia. Así lucen, hermosos, equilibrados, supremos. Quiero pedirte hoy que aceptes que esas alas sean tuyas. Nosotros de hecho no usamos unas, ni las tenemos, ni tenemos un cuerpo. La verdad sobre nuestras formas es un misterio que mejor debe quedarse así, pero saber que ustedes se pueden elevar, eso sí que nos anima a que se sientan alados. ¿Cómo son tus alas? Si cierras los ojos, te relajas, te das un momento, y las logras sentir, ¿cómo se sienten?, ¿grandes acaso?, ¿pequeñas?, ¿invisibles? No hablamos solo de un ejercicio mental, el ser humano sueña con volar porque eso es natural. Es completamente auténtico el deseo de elevarse a los cielos y sentirse libre, darse vuelo. La fuerza sutil que levanta a un pajarito, esa es una fuerza envidiable. No temas entonces figurarte con alas, para que así logres suponer quién eres cuando te aligeras, cuando tu levedad se convierte en un logro grande y sublime.  Tienes alas cuando controlas tus impulsos y puedes ir más allá de tus emociones inmediatas, cuando tus sueños conservan el sentido de la realidad y sabes volar hacia ellos con fuerza y determinación. Tienes alas cuando, a pesar de las dificultades, te mantienes firme en hacer las cosas para el bien, cuando trasciendes el capricho y asumes el reto de vivir en un mundo cuyas reglas no van a adaptarse siempre para ti. Tienes alas cuando te permites estar más allá de las circunstancias y miras la realidad en perspectiva y sin enojo. También tienes alas cuando entiendes la muerte sin saber mucho de ella, o cuando te levantas en la mañana sin tener grandes objetivos, pero sabiendo que la vida es magia para ti. Quiero que tengas alas también para sentir la nobleza de tu corazón, para abrazar la ajena, incluso para repartirla donde hay pobreza de corazón. Las alas son mucho más que un elemento de transporte, simbolizan la gracia y el despliegue de algo simple pero eficiente. Resulta que tú también puedes ser mucho más simple y eficiente a la hora de dirigirte, puedes aligerarte de cargas emocionales abriéndote a la verdadera naturaleza de la vida, y al aire capaz de sostenerte. Quiero que tengas alas porque cuando te arraigas, echando raíces en creencias y molestias, pesas tanto que no puedes volar. Las alas te ayudarán entonces a recordar que prefieres un andar liviano, ligero, desprendido. Y si en este momento te descubres en una unión rígida o limitante con el suelo, simplemente toca tu espalda. Para qué es todo ese espacio sino para poner unas hermosas alas libres y livianas, poderosas y sublimes. Ahora, por favor no luches con el arraigo, solo libra la batalla con tus ideas. Que sea una batalla dulce eso sí, porque desaprendiendo bonito es como descubrirás más fácil a tus ojos mirar al horizonte, y de a pocos hacia arriba. Sueña alto, que es en esencia soñar con tu bienestar más elevado. Sueña con una vida tranquila, alegre, de integridad, de altibajos muy bien llevados, de aprendizajes, de nobleza, de amor. Tú sueña, los sueños profundos mueven la vida. Así como la sabia mueve la vida dentro de los árboles, los sueños loables circulan dentro de ti, capaces de inundar tu corazón y traspasarlo, causando vida en los brotes maravillosos que son esas alas infinitas de las que hasta ahora te vas haciendo consciente. Por favor no te molestes si no puedes admitir por completo tener unas alas en tu espalda, si no logras verlas o no son tan hermosas como esperas. El simbolismo de las alas, cuando se presenta honesto, te está demostrando la libertad que te permites. Si están pequeñas puede que te limites en la libertad más auténtica y no te estés dando buena cuenta. Si no están, es posible que concibas la libertad como algo fuera de ti, o del futuro, o algo que simplemente aún no has deseado. Si tus alas parecen sucias o están estropeadas es que seguramente has atentado contra tu propia libertad. Libertad hacia ti no es darte derecho a todo lo que deseas. Estamos aquí tratando una libertad interna bastante bien merecida, la de permitirte equivocaciones, la de aceptar que puedes ser realmente muy grande por dentro, la de trabajar por una vida digna y elevada sin temor a las tendencias sociales; incluso hablamos de la libertad de amarte como eres aunque el mundo espere otra cosa para ti. No sé si lo alcanzas a sentir, pero estás recibiendo esta invitación a una libertad colmada de amor, capaz de conducir a la armonía, y también capaz de ayudarte a enfrentar los retos de la vida sin ponerte en desventaja o sufrir innecesariamente. Por eso en definitiva es que quiero que tengas tus alas. Que cuando nos invoques no pienses más que solo nosotros tenemos la gracia o el poder para cambiar las cosas. Hay alas en ti, si hace falta fuerza en el viento entonces te ayudaremos. Ahora, está claro, si tú no las abres el viento solo arruinará tu peinado, no habrá vuelo, no habrá libertad. Abrir las alas se parece mucho a que abras tus brazos, y tu corazón. Cuando haces eso decides que la vida tiene todas las respuestas, así que te lanzas a vivir sin temor de caer. No hay caída donde hay libertad para adecuarse, para fallar, para cerrar ciclos, para entender distinto. Volando, comprenderás, se entiende distinto”.
LA MÁQUINA DE LA FELICIDAD
“Tenemos para ti un nuevo aparato de vivir, uno donde la cabeza va despejada y la niebla bloqueada. Se trata de la nave en la que mejor avanzarás hacia mí, un medio eficaz de progreso y fortaleza, de libertad y comodidad. Nada mejor que una nave que te diga todo lo que no es importante, todo lo que hay que abandonar, lo ligero que debes viajar. Y es así como te presento mi columpio, el vehículo en la que viajarás a la eternidad.No es un columpio cualquiera, se trata de uno que puede darte aire entre las piernas, e ideas en el corazón. Y uno también capaz de demostrarte que nunca retrocedes, solo sabes bien cuando esforzarte en dirección hacia ti mismo en vez de esforzarte hacia el mundo.Ésta nave, impulsada por el atavío 🪶*, no necesita otro motor que la confianza. Si tú te dejas sacudir por la vida pues la nave avanza sola. La única manera entonces de detenerla es poniendo los pies contra la tierra pretendiendo parar a la tierra.Tal vez no necesites este consejo, pero si pones los pies en la tierra buscando detenerla, lo que vas a detener es tu progreso.Colúmpiate. Si aparece el mareo ve a decidir que te gusta el baile y arréglatelas para que te agrade. No sé cómo conoces un mundo que no se mueve, dónde lo exploraste, pero este en el que vives hoy es más uno donde no moverse es antinatural, y el intento de parar la realidad tiene como resultado un aumento progresivo de las fuerzas que intentan liberar el movimiento.Resistirse tumba el pelo. No te recomiendo que sostengas esa resistencia al movimiento porque te enfrentas a la sutil fuerza implacable de la eternidad, el llamado a seguir avanzando en el vaivén de los acontecimientos y los cambios.Ayer, mientras impulsaba el columpio de mi amigo Severo, pude sentir su intención decidida de detenerlo, y deje de ayudar. No voy a luchar con él, está en su derecho de intentar detener la vida.De momento, Severo se siente sosegado, goza de la supuesta libertad que ha logrado de hacer las cosas a su ritmo: sin ritmo. Ese frío calculado que él le imprime a su deseo de vivir, si bien le da cierta falsa confianza, lo asoma al abismo de su capricho, al rigor de que nada lo afecte, y así a la tragedia de que nada cambie dentro de sí.Clara, al contrario, juega con mi balanceo; casi que trata de aprovechar el impulso y volar. A ella le vengo pidiendo que se modere. Es soñadora, ambiciosa, y pretende ir siempre lo más lejos posible. Ella trata de robar el columpio y convertirlo en avión. Ya se ha caído, sin heridas graves ha comprendido que hay un ritmo que mejor puede aprovechar con astucia, y profundizarlo.Con ella ya vamos logrando que se aplome más en el asiento, que pueda sentir que queremos pasos grandes, no pasos vistosos solamente. Incluso, cuando el balanceo trae calma, reposo, descanso, ella ha aprendido a serenarse y recobrar energía para continuar.Te quiero balancear, amigo mío. Tengo para ti un movimiento impredecible de tu columpio, solo debes permitir, y tratar de acompasarte con él. Es así como te puedo ayudar, moviéndote a donde descubrirás tu poder y sanarás, hacia donde hay cosas que abandonar o hacia donde encontrarás la nueva virtud que espera por ti. No te afanes, que en ese viaje están tus metas más sinceras. Ellas se van a presentar con la gracia con la que las prendas se elevan con el viento resultante del balanceo, ellas serán el resultado dichoso, armonioso, de un ritmo más ambicioso que busca ir por lo más grande.A ver si no te suena que hemos creado algo hermoso juntos cuando hemos trabajado en armonía. La armonía entre tú, el dueño de tu vida, y yo, la vida misma, no resulta de una programación eficiente de tu parte, resulta del movimiento integrado de las dos fuerzas que somos juntos si nos respetamos muy bien.De mi parte te garantizo que respetaré siempre tu voluntad. Tienes derecho a lo que deseas aunque te equivoques. No me entregues la responsabilidad de impedirte un error porque estaría quitándote el poder de la voluntad. A cambio, me respetas si sabes que no obedezco a tus designios, que más bien tengo para ti intereses tan elevados que no puedo llevarte a ellos de manera vertiginosa o agresiva, y por eso vives un vaivén, un ritmo constante y progresista de cambios profundos.Tú confía en mí, yo siempre confiaré en ti, en tus decisiones y hasta en la resistencia que de vez en cuando veas necesaria ejercer. A cambio, te ofrezco la más decidida fuerza del progreso a tu favor. Es decir, cuenta con que no te voy a permitir escapar del llamado a la grandeza”.🪶* atavío: para este caso, me gustaría que entiendas atavío como los adornos, expresiones, cargas o entretenimientos en lo que distraes tu esencia y te dices ser otro menos amable, menos sabio, menos bondadoso.