Creado el: 2024-03-24 07:33 am
Aprendices“Resulta queridas amigas que las veo atascadas en un conflicto que no quieren enfrentar, la búsqueda incesante del conocimiento. El placer de saber las atrapa, lo sé, y cómo no, si saber da dominio.
Pues trataremos hoy esa búsqueda incesante, de cómo animarse a hacerla de un modo más sano, mejor enfocadas hacia la sabiduría de la humildad. Es que tienen este afán de respuestas eficientes, cuando las respuestas que traen los mejores cambios se toman su tiempo justamente para transformar algo en el proceso de presentarse. Me explico.
Uno de sus pedidos más frecuentes es ayuda para acallar la cabeza, y mientras hacen ese pedido esperan lograrlo por medio de ideas a las cuales recurrir. En ese caso, el resultado inevitable es más pensamientos insistentes, más vueltas a ideas que causan bucles, que las atrapan.
Si me pides arreglar tus ideas con ideas me estás diciendo que debo encuadrar la solución en las maneras que te son familiares. ¿Qué tal si algunos cambios suceden más bien empezando por retar las maneras? No quiero tomarme ningún esfuerzo por convencerte, o por ayudarte a que lo entiendas todo, lo que quiero es verte moviéndote a otras inteligencias para ir superando esa devoción fanática e irracional a la razón.
Muchas de ustedes lidian justo ahora con un reto que no se resuelve en la razón, pero insisten. Se apegan desesperadamente a sus ideas como si no existiera más en el mundo para ustedes, y no tener la razón las asusta como si se tratase de una amenaza vital.
Las veo entonces subir la voz, explicar lo que nadie está necesitando que le expliquen, justificar lo que no tiene caso, hasta tener la última palabra a la fuerza con tal de sentir algo de control.
Las quiero más bien serenas, abiertas al conflicto de no tener claridades inmediatas, permitiendo el proceso del descubrimiento porque es durante ese camino que se pueden caldear los cambios requeridos para superar la equivocada devoción por la razón.
Mejor dicho, las quiero preguntando. ¿Cuánto preguntan?, ¿qué tan abiertas son sus preguntas?, ¿acaso corren impulsivas a responderse antes de permitir la sana duda?,¿o han ido aprendiendo a tener la pausa que la duda requiere, a respirarla, a ser generosas con el tiempo de respuesta que la vida requiere?
Creo que ser honestas en estas respuestas ya es un paso prometedor. Creo también que logran entrever la torpeza implicada en el afán de las respuestas a todo costo. Y creo además que son tan capaces de disponerse a no saber como lo han sido para corregir otros rumbos de sus maneras de pensar.
Practica por favor la habilidad de preguntar. Enamórate de la humildad de no saber, de la confianza implícita en que, si te abres a respuestas inesperadas, estás a la vez abriendo el corazón a cambios, a movimientos internos inesperados y benéficos.
No te ayudaremos en la cabeza, estamos completamente claros que ustedes allí son inaccesibles y escasos a la hora de contemplar posibilidades desconocidas. Por eso preguntar es la estrategia de humildad más recomendada, quien pregunta abiertamente está abriéndose, en principio te abrirás desde el resguardo de tus ideas, pero si te vas enamorando, como te lo pido, de la humilidad de la duda, solo es cuestión de tiempo para que empieces a ver más allá y a reconocer elementos nuevos con la familiaridad que solo la inocencia puede ofrecer.
Hay mezquindad querida mía en esa actitud de saberlo todo, mezquindad hacia ti y mezquindad hacia el mundo que tiene todo para ofrecerte. Los amigos más cercanos a la vida, a nosotros, son aquellos quienes se atreven a no saber, los que reconocen con inocencia infantil su desconocimiento, los que aún se sorprenden al descubrir las maravillas que la vida les sigue revelando”.
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