Creado el: 2024-03-11 09:10 am
Aprendices“Encontrar más de ti, y recibirnos a nosotros, supone un esfuerzo que reta no tanto hacia la ganancia como al despojo. Queremos verte despojada de ideas, de mundos ajenos y propios creados en virtud de necesidades que tal vez ya no existen. Queremos que puedas ir más allá siempre sin tanto apego a lo conocido, rompiendo tus límites con el agrado de crecer, dándote libertad mientras pierden vigencia los mundos que ayer eran pilar de tu felicidad.
Ese despojo no es otra cosa que aprender el hábito de dejar ir estructuras mentales y permitir que nuevas posibilidades aparezcan retadoras, incluso capaces de desestructurar los soportes de tu vieja confianza.
¿Quién dijo miedo?, ¿vacío de pronto?, ¿o apego?
Claro que causa emociones complejas desestructurarse, aventurarse a cambiar creencias o a despojarse de ellas. Pues resulta que además fueron precisamente las emociones las que inspiraron estructuras, resolviste situaciones aferrándote a ideas, o viste a otros hacerse fuertes y exitosos a partir de ideas sólidas que causaron esperanza, soluciones.
Nadie dice que eso no funciona, anclarse a nuevas ideas para avanzar. Lo que trato de pedirles es que dejen de quedarse habitando esos mundos como una verdad definitiva. Que se familiaricen un poco más con ir de un mundo a otro, con ser viajeras de mundos. No eres un mundo simple con un solo modo de pensar o decidir, eres más bien un universo en constante creación que necesita moverse, transformarse, crearse y por lo tanto desintegrarse de vez en cuando.
Es que te veo sufrir, aunque te sientas aparentemente tranquila o confiada, por cuenta de un mundo de ideales limitado al que te debes sin ser muy consciente de lo que ello implica.
¿Quieres saber lo que implica? Más que nada tu verdadera libertad. También tu progreso. Y tus sueños.
Quedarse habitando un mundo que alguna vez funcionó, como si las circunstancias y los aprendizajes no cambiaran, te hace rígida, y te quiero camaleónica.
Quiero que aprendas a escupir mundos con la misma devoción con la que los has tomado. No puedes seguir apegándote a ideas ahora inútiles por cuenta de las emociones que en su momento fueron fuente de inspiración. Recuerda, eres mucho más que las emociones que despiertan apego a ciertas ideas. Si de verdad tienes la esperanza de verte expandiendo el universo que eres entonces ha llegado la hora de tomarse muy en serio la habilidad del despojo, el despojo de ideas, de mundos pequeños o limitados, de idearios de cajón.
Va llegando la hora de ser grandiosa de cuenta de la libertad que otorga desaprender. Es la hora del bocadillo de la confianza más fuerte, que es la confianza de la apertura, de la inmunidad derivada no de encerrarse para evitar nuevas ideas sino al contrario de abrirse para admitir y permitir lo que sea que la vida traiga para ti (incluso si no lo puedes comprender).
Al contrario, las veo resistiéndose a la realidad, sufriendo al tratar de forzar las cosas de un modo preconcebido, obligando a la realidad a ajustarse a ese mundo ahora sórdido donde alguna vez las cosas funcionaron. Si la vida te quiere renovar, no lo impidas por favor.
Esa resistencia, esa rigidez, es un resultado comprensible, pero no deseable. No te quedes allí, no te engañes por favor diciéndote que ya sabes fluir, mientras habites en viejos mundos tu rigidez es una realidad que no deberías disfrazar.
Entonces, ¿cómo aprender a desaprender? Pues la tarea es más o menos simple, consiste en amar el despojo, en sentirse libre y a gusto con no tener muchas veces la razón, con callar, con no tener una respuesta siempre contundente que alivie la incertidumbre. Y mejor irse entregando con gusto al placer de la duda, porque quiero que junto a nosotros duda signifique descubrimiento.
Las he visto, las hemos retado mostrándoles ideas confusas, de dimensiones inexactas, complejas. Y en vez de preguntar se quedan en la comodidad de sonreír, de aprobar, de repetir o replicar. Mejor dicho, se acomodan.
Recurre a tu curiosidad querida mía, aunque al principio sea poco natural, aprende a preguntarte cosas para las que no tienes una respuesta. No sabes la valentía que hay en cuestionarse a sí mismo, en alentar la incertidumbre en vez de apagarse en la certeza autoimpuesta.
Cuando te das todas las respuestas te quedas sola encerrada en un pequeño mundo fraccionario, limitado. Ahí es cuando pierdes a voluntad la capacidad de descubrir algo nuevo, de retarte hacia nuevas capacidades de ti misma. Puede que de momento te sientas segura, confiada, pero ese encierro asfixia, lo sé, y te pone en situación de pequeñez porque te conviertes en el pequeño mundo que has decidido habitar.
La invitación querida aprendiz de la vida es más que nada a que dejes de engañarte. Hacer gestos de apertura, o decirte abierta, decirte que sabes fluir, no significa que en verdad lo estés haciendo. Obsérvate amarrando mundos, tragando piedras, haciéndote falsamente sólida por no cambiar de opinión.
En cambio, te quiero escupemundos, tolerando mejor la incertidumbre, el delicioso y refrescante vacío de no saber, la confianza resultante de no estar pretendiendo ser algo que no eres en verdad.
Esta honestidad amigas mías es un requisito indispensable para poder trabajar juntos. Nosotros los seres del Cielo no conversamos con el engaño, por eso es que tantas veces que me propones cosas te ignoro, porque no son honestas, no son abiertas en verdad, no hablan de la verdad de tu corazón.
En cambio, cuando te abres, no necesitas pedir ni desear, ya estamos más que listos para combinar esfuerzos contigo y cambiar las cosas a tu favor.
Lo dire de una manera sencilla, mientras no escupas esos mundos que nos suplantan, no podremos poner en ti el dulce de infinito de la verdad profunda.
Ahora, si al final de esta invitación no sientes ninguna ilusión por ese arrojo, entonces entenderé que tu apego a los pequeños mundos de las viejas ideas es voluntario, que prefieres ser la reina de algo pequeño y mezquino. Y como te lo muestro con frecuencia, jamás discuto con tu voluntad, con tu deseo sincero, esa es tu primera libertad, la libertad indiscutible”.
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